miércoles, 22 de diciembre de 2010

El combate de Cabo Machichaco (5-3-37)


Mercante Galdames
 A comienzos de marzo de 1937 las fuerzas navales rebeldes se hallaban desplegadas por todo el Cantábrico, bloqueando la costa, con el fin de interceptar la prevista llegada a puertos republicanos de dos mercantes vascos. Uno era el Mar Cantábrico que venía de Veracruz (México) con un importante cargamento de armas. El otro era el Galdames que iba a salir de Bayona para Bilbao con 173 pasajeros, tres toneladas de monedas de níquel acuñadas en Bélgica para el Gobierno Vasco y carga general.

Efectivamente, en las últimas horas del día 4 de marzo zarpó de Bayona el Galdames (capitán Hilario Urriz). Poco después se encontró con cuatro bous de la Marina de Guerra de Euzkadi que habían salido de Bilbao para darle escolta: el Gipuzkoa (comandante Manuel Galdós), Nabarra (comandante Enrique Moreno), Bizkaya (comandante Alejo Bilbao) y Donostia (comandante Francisco Elortegi). Mientras tanto, de El Ferrol había salido el crucero Canarias (capitán de navío Salvador Moreno) –el buque más potente de la Marina Nacional‑, con el fin de impedir la entrada en puerto de cualquiera de los dos mercantes esperados.

Debido al mal tiempo reinante y a que los buques iban con las luces apagadas y la radio en silencio, el Gipuzkoa y el Bizkaya perdieron el contacto con el resto del grupo. Al amanecer del 5 de marzo, cuando ambos buques trataban de localizar de nuevo al convoy se toparon inesperadamente con el Canarias a unas 20 millas al Norte del Abra bilbaina. El Canarias avistó sólo al Gipuzkoa que venía de la parte de Santoña y abrió fuego contra él. A los pocos minutos una salva del Canarias le desmontó el cañón de popa y otra provocó un incendio en el puente; 5 tripulantes resultaron muertos y 12 más heridos. El Gipuzkoa contestó al fuego y alcanzó a su vez al Canarias produciéndole un muerto y un herido (las primeras bajas de la campaña). Persiguiendo al Gipuzkoa, el Canarias se colocó al alcance de las baterías costeras de Punta Galea y Punta Lucero que empezaron a disparar para ayudar al bou. Enseguida, el crucero rebelde hizo rumbo Norte y se retiró y el Gipuzkoa, seriamente averiado, pudo entrar en Portugalete.

Cañones del  Canarias
Entretanto, el Bizkaya se había topado cerca de Machichaco con un misterioso mercante de bandera estoniana que había apresado el Canarias poco antes del combate. Resultó ser el Yorkbrook que transportaba armas para los republicanos. Inmediatamente el Bizkaya, aprovechando que el Canarias se hallaba ocupado con el Gipuzkoa, le condujo a Bermeo, recuperándo así el buque y el armamento.

Al resto del convoy se habían unido ahora los pesqueros Pantzeska y Joseba Mikel, que regresaban de sus faenas. Desconociendo lo ocurrido, al poco rato se topó el convoy con el Canarias. Primero abrió fuego contra el Galdames, causando la muerte a cinco pasajeros por lo que el mercante izó bandera blanca y paró las máquinas. Disparó luego contra el Donostia, que se alejó, y finalmente contra el Nabarra. El comandante del Nabarra, a pesar de la desigualdad de fuerzas, decidió presentar batalla al crucero y hundirse combatiendo antes que rendir su barco. El Pantzeska y el Joseba Mikel aprovecharon este momento para ponerse a salvo.



Durante más de hora y media el Nabarra sostuvo combate con el Canarias, hasta que un disparo del crucero le alcanzó directamente en las calderas. El Nabarra quedó sin propulsión y tuvo que ser abandonado. El comandante y varios tripulantes más prefirieron quedarse a bordo y hundirse con el barco. Sólo 20 de sus 49 tripulantes lograron alcanzar los botes salvavidas, siendo recogidos luego por el Canarias. El Donostia, que había permanecido al margen por el escaso alcance de su artillería, puso entonces rumbo a Francia. El Canarias ordenó después al Galdames dirigirse a Pasajes, donde un pasajero se tiró al agua intentando huir pero fue muerto a tiros. Días más tarde, el 8 de marzo, el Canarias apresaba también al Mar Cantábrico.

Enrique Moreno
Comandante del Nabarra
Los supervivientes del Nabarra que fueron hechos prisioneros por el Canarias, fueron juzgados unos meses después y condenados a muerte pero la intercesión directa ante el general Franco del comandante y del director de tiro del Canarias hicieron que se les indultara y se les pusiera en libertad en reconocimiento a su valentía. No tuvieron la misma suerte la tripulación y pasajeros del Galdames que hubieron de sufrir largas condenas de prisión y alguno fue fusilado, como es el caso del representante de la Generalitat de Cataluña en Euzkadi, Manuel Carrasco Formigueira, que viajaba con su familia en el mercante.

Pero esta derrota militar se convirtió a ojos de la población en una victoria moral. La prensa no ocultó detalles del suceso, lo que sirvió para convertir el combate de los bous contra el Canarias en una gesta épica. Se realizaron actos a favor de los marinos fallecidos e incluso el Aberri Eguna de ese año se celebró como un homenaje al Marino Vasco. La Marina de Euzkadi que, por su constante actividad, había conseguido hasta ahora entre los pescadores y los marinos mercantes el reconocimiento de su eficacia, se labraba así una aureola de valor y tenacidad ante el conjunto de la población. En memoria de los caídos este día, el Gobierno Vasco en el exilio instituiría en 1978 el «Itsas Gudarien Eguna» que suele celebrarse en Bermeo el primer domingo del mes de marzo


Daños del Bou Guipuzcoa


Supervivientes del combate



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