miércoles, 1 de junio de 2011

Guerras de los Bóers


En el Reino Unido, se conocen como Guerras de los Bóers dos conflictos armados en los que se enfrentaron el Imperio británico con los colonos de origen neerlandés (llamados bóer, afrikáner o voortrekker) en Sudáfrica, que dieron como resultado la extinción de las dos repúblicas independientes que los últimos habían fundado. La primera de ellas se desarrolló entre el 16 de diciembre de 1880 y el 23 de marzo de 1881, y la segunda entre el 11 de octubre de 1899 y el 31 de mayo de 1902. Los bóer se refieren a las dos guerras como las Vryheidsoorloë, «Guerras de liberación».

Primera Guerra Anglo-Bóer

También conocida como Guerra de Transvaal, la Primera Guerra Anglo-Bóer fue el primer enfrentamiento entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y los bóer de Transvaal. Se desencadenó cuando Sir Theophilus Shepstone anexó Transvaal (la Unión Sudafricana) al Reino Unido en 1877. Los británicos consolidaron su poder sobre la mayoría de las colonias de Sudáfrica en 1879, tras la Guerra Zulú. Los bóer protestaron ante el hecho consumado y, en diciembre de 1880, estalló una revuelta.

La guerra comenzó el 16 de diciembre de 1880, tras la declaración de independencia del Reino Unido, con el ataque de los bóer a un fuerte británico en Potchefstroom. Esto desencadenó una operación en Bronkhorstspruit el 20 de diciembre de 1880 en la que los bóer se emboscaron y destruyeron una caravana militar británica. Desde el 22 de diciembre de 1880 al 6 de enero de 1881, las guarniciones británicas de todo Transvaal sufrieron asedio.

Los bóer vestían sus ropajes de granjero cotidianos, fabricados en paño de color caqui, mientras que los uniformes británicos seguían siendo rojo escarlata, algo que llamaba notablemente la atención en el paisaje africano y que permitió a los bóer, expertos francotiradores, hostigar fácilmente a las tropas británicas a distancia.

El cerco de las guarniciones británicas desembocó en la Batalla de Laing's Neck el 28 de enero de 1881, en la que un destacamento británico compuesto por las fuerzas de Natal bajo el mando del General Sir George Pomeroy-Colley intentó romper las líneas de los bóer sobre la cordillera de Drakensberg para liberar sus guarniciones. Por su parte los bóer, a las órdenes de P.J. Joubert, rechazaron los ataques de la caballería e infantería británicas.

Otras acciones fueron la Batalla de Schuinshoogte, también conocida como Ingogo, ocurrida el 8 de febrero de 1881, donde otro destacamento británico estuvo a punto de ser destruido. No obstante, la humillación definitiva de los británicos llegó con la Batalla de Majuba Hill, el 27 de febrero de 1881, en la que varias compañías bóer atacaron la colina y los expulsaron, y donde Colley resultó muerto.

Incapaz de involucrarse más en una guerra que daba por perdida, el gobierno británico de William Gladstone firmó una tregua el 6 de marzo y, en el tratado de paz definitivo del 23 de marzo de 1881, concedió a los bóer el autogobierno de Transvaal bajo la supervisión teórica de los británicos.

Segunda Guerra Anglo-Bóer

En 1887, los buscadores de oro hallaron el mayor filón del mundo en Witwatersrand, una cordillera de unos 96 km que se extiende de este a oeste a unos 48 km al sur de Pretoria. Tratando sobre los posibles beneficios de tal hallazgo, el presidente de Transvaal, Paul Kruger, mostró su clarividencia al manifestar que «En lugar de regocijaros haríais mejor en llorar, pues este oro será causa de un baño de sangre en nuestro país».

Con el descubrimiento del oro de Transvaal, miles de colonos británicos cruzaron en oleadas la frontera desde la Colonia del Cabo. El tamaño de la ciudad de Johannesburgo explotó y se transformó en núcleo de infraviviendas de un día para otro a medida que los extranjeros (llamados uitlanders en neerlandés) llegaban y se establecían en las inmediaciones de las minas. Los extranjeros superaron rápidamente en número a los bóer de Witwatersrand, aunque en general siguieron siendo una minoría en Transvaal. Los afrikáner (colonos neerlandeses), nerviosos y resentidos por la presencia de los extranjeros, se negaron a reconocerles derechos electorales e impusieron pesadas cargas fiscales sobre la industria del oro. Como respuesta, creció la presión de los extranjeros y de los propietarios británicos de las minas para que cayera el gobierno de los bóer. En 1895, Cecil Rhodes promovió un fallido golpe de estado respaldado por una incursión armada conocida como Jameson Raid.

El fracaso en la lucha por los derechos de los británicos se utilizó para justificar una intervención militar en toda regla en El Cabo, y diversos líderes coloniales británicos se mostraron favorables a la anexión de las repúblicas de los bóer. Entre ellos se contaba el gobernador de la Colonia del Cabo, Sir Alfred Milner, el secretario colonial británico, Joseph Chamberlain, y los propietarios de minas asociados como Alfred Beit, Barney Barnato y Lionel Phillips. Convencidos de que los bóer serían derrotados rápidamente, intentaron provocar una guerra.

El presidente del Estado Libre de Orange, Marthinus Steyn, convocó a Milner y Kruger a una conferencia en Bloemfontein que se celebró el 30 de mayo de 1899 (la Conferencia de Bloemfontein), pero las negociaciones se interrumpieron muy pronto. En septiembre de 1899, Chamberlain presentó un ultimátum por el que exigía igualdad legal para los ciudadanos británicos residentes en Transvaal.

Kruger, seguro de que la guerra era ya inevitable, presentó su ultimátum antes de recibir el de Chamberlain. En él se comunicaba a los británicos que disponían de 48 horas para retirar todas sus tropas de la frontera de Transvaal, de lo contrario la república se aliaría con el Estado Libre de Orange y les declararía la guerra.

El final de la guerra

En total, la guerra costó unas 75.000 vidas: 22.000 soldados británicos, de los cuales 7.792 causaron baja en batalla y el resto por enfermedad, entre 6.000 y 7.000 soldados bóer, de 20.000 a 28.000 civiles bóer y quizá 20.000 africanos negros. A causa del alargamiento de la guerra y de su mala salud, dimitió el primer ministro Robert Gascoyne-Cecil. Los últimos bóer se rindieron en mayo de 1902 y la guerra finalizó con el Tratado de Vereeniging en el mismo mes. No obstante, los bóer recibieron una compensación de 3.000.000 de libras, se les prometió cierto nivel de autogobierno y en 1910 se fundó la Unión Sudafricana. El tratado acabó con la existencia de las repúblicas de Transvaal y el Estado Libre de Orange como estados bóer e integró estos territorios en el Imperio británico. Durante el conflicto se concedieron 78 Cruces Victoria al valor ante el enemigo a soldados británicos y coloniales, el más alto y prestigioso galardón de las fuerzas armadas británicas.




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