miércoles, 2 de febrero de 2011

¿SABIAS QUE ....?





Las mujeres de los indios Pies Negros, originarios de la actual región canadiense de Edmonton,mostraban su luto por un familiar fallecido cortándose el pelo muy corto. Si el fallecido era el
marido o un hijo -no una hija-, no sólo se cortaban el pelo, sino también una o más falanges de los dedos, y se desgarraban la piel de las pantorrillas.


Una receta de belleza recogida en el Anangaranga, famoso libro erótico hindú, recomienda a las mujeres que se pinten el rostro con cenizas procedentes de piras funerarias, recogidas dentro
de un cráneo humano.


El vello corporal se considera tan obsceno en Japón que, incluso en las revistas eróticas, el del pubis se tapa siempre con un rectángulo negro.


En la corte de Luis XV de Francia, se creó la figura del portacorbatas, un criado cuyo único cometido era abrocharle y desabrocharle la corbata al rey.


En la Grecia clásica, para saber si una mujer era estéril o no, se colocaba un ojo en la vagina; y si al día siguiente le olía la boca a ajo, la mujer se consideraba fértil. De lo contrario, se creía que sus conductos vitales estaban cerrados.


Antes de la llegada de los conquistadores españoles, las víctimas sacrificadas y devoradas cada año por el pueblo azteca oscilaban entre 15.000 y 250.000, según los expertos.


Un 20 por ciento de los profesores norteamericanos de biología todavía cree que los hombres y los dinosaurios convivieron en la misma época, a pesar de que hubo entre ellos una separación
de más de 60 millones de años.


Hasta hace muy poco, y siguiendo la tradición hinduísta, las niñas podían ser obligadas a casarse a partir de los nueve meses después de la pubertad, es decir, a los ocho o nueve años.


Esta forma de matrimonio resultaba un cruel infanticidio, como lo confirma el censo oficial del gobierno británico en la India realizado en 1921, donde se registraron 3.200.000 jóvenes muertas
durante el año anterior a causa de las brutalidades sexuales a las que fueron sometidas por sus propios esposos.


La palabra fornicar deriva del latín fornice, que significa curvatura interior de un arco, ya que bajo las bóvedas de los puentes y callejones era donde se podían alquilar los servicios de las prostitutas romanas.


En la España de Felipe III, los juegos de naipes estaban prohibidos por la ley. Sin embargo, eran muy populares en todas las clases sociales, e infinidad de españoles se entregaban a los
mismos con gran afición... entre ellos el propio monarca.


En el antiguo Egipto, los días se dividían en buenos, amenazadores y nefastos, según los hechos que en ellos hubieran ocurrido durante la época en que los dioses moraban en la Tierra.


En los días nefastos la gente no podía bañarse, montar en barca, viajar, comer pescado ni nada que viniera del agua. Tampoco se debía matar una cabra, un buey o un pato. Otros días era
recomendable no tener trato carnal con mujeres, so pena de infección. Y otras veces, era mejor no escuchar canciones alegres ni pronunciar el nombre del dios Seth, que tenía fama de
pendenciero.


En las primeras carreras de caballos, los jefes de las tribus del desierto africano obligaban a sus équidos a pasar días sin beber una gota de agua, para después soltarlos, sin jinete, en las
proximidades de un abrevadero. El primero en llegar era el vencedor.





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