Mucho se ha escrito sobre el tema y el paso de los años han ayudado a crear una leyendo y un mito de lo que en verdad sólo era un encargo para modificar un objeto obsoleto, en otro más dinámico, novedoso y diferente.
Tan diferente fue que aún hoy en día es referencia obligada en el mundo del diseño y figura en el Museo de Arte Moderno de New York (MOMA).
Pero, ¿porqué esa forma tan peculiar?. Vayamos a la historia.
La compañía necesitaba un cambio de imagen para su botella. Se probaron diversos envases pero ninguno proporcionaba ninguna de las condiciones impuestas por la compañía. Tenía que cumplir una sola premisa: que fuera reconocida inmediatamente, a oscuras, por un invidente e incluso rota. El pueblo añadió todo lo demás... no es cierto que la forma estuviera inspirada en el cuerpo de una mujer, aunque la tradición popular uniera las formas míticas de la famosísima actriz de la época Mae West con las curvas de Coca-Cola. Desde entonces, incluso hoy en día, a la botella se la conoce popularmente en Atlanta como "le Grand Damme".
La historia esta llena de grandes errores, que el tiempo se encarga de confirmar o desmentir y el diseño de esta famosa botella fue sólo eso: un simple pero inmenso y afortunado error.
Estamos en 1914. La empresa, harta ya de imitadores, decide que ya es hora de modificar el envase, para diferenciarse de una vez por todas de los competidores.
Para ello se pone en contacto con varias vidrierías para crear los primeros prototipos. En Junio de 1915 la empresa Root-Glass a través del artesano Earl Dean, busca en las páginas de la Enciclopedia Británica ilustraciones de los ingredientes que contiene el refresco que inspiraran de algún modo el diseño de la botella.
Una ilustración del grano del cacao llama inmediatamente su atención y la forma aflautada le da la idea. Fabrica unas cuantas muestras antes de cerrar el horno, que dejaba de trabajar en la temporada estival... y se consuma el error. En ningún momento el cacao ha figurado entre los ingredientes de la formula original de Coca-Cola. El bueno de Earl, con las prisas, confundió la hoja de cacao con la hoja de coca y creó, sin imaginárselo, el envase más conocido del mundo.
Un error, un simple error, las prisas y las vacaciones de verano de un artesano fueron las causas de este diseño. La compañía acepta el nuevo diseño en 1916, con una capacidad de 182 gr. Hace ya más de 80 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario