Destacó en la década de 1930 en la empresa cinematográfica Warner Bros y mantuvo su relevancia durante las décadas de 1940 y 1950.
Ganador del premio Óscar 1943 al Mejor actor principal, en el filme Yanqui Dandy (1942).
Su primera película importante fue El enemigo público de William A. Wellman. Volvió a realizar el papel de gángster en dos películas dirigidas por Raoul Walsh: Los violentos años veinte y, sobre todo, en Al rojo vivo, donde dirá su frase más famosa, "En la cima del mundo, mamá".
Pero Cagney fue un actor muy versátil que intervino en toda clase de películas, desde comedias hasta dramas, pasando por westerns e incluso adaptaciones de obras de Shakespeare. Destacan en su filmografía "Desfile de candilejas", "El guapo", "Ha entrado un fotógrafo" y Ángeles con caras sucias, en los años treinta.
En los cuarenta continuó siendo uno de los actores favoritos del público y continuó participando en grandes películas. Una de boxeo, llamada "Ciudad de conquista", y la biografía idealizada de Yanqui Dandy, interpretación con la que ganó el Óscar al mejor actor. Este éxito le hizo romper con la Warner y fundar su propia productora, con la que no obtuvo ningún éxito por lo que tuvo que volver a la productora de los hermanos Warner.
En los cincuenta volvió a trabajar en algunas grandes películas como el "León de las calles", "Ámame o déjame", "Escala en Hawái" o "El hombre de las mil caras". Finalmente, acabó su carrera temporalmente en 1961, cuando protagonizara la comedia "Uno, dos, tres", dirigida por Billy Wilder.
En 1981 volvió a actuar en Ragtime, donde de nuevo demostró su gran talento interpretativo. Fue su última película. Le sobrevivió su esposa Frances Vernon con la que se había casado en 1922.
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